OTRA CRÓNICA VIRAL (Capítulo 2)


Han pasado más de 6 meses desde que publique sobre mi perspectiva de esta pandemia ( Ver Capítulo 1 ) que empezó oficialmente por marzo y parece que aún estamos muy lejos de lograr recuperar nuestra rutina diaria, entre el caos y varios problemas que ha traído el maldito virus a la situación social, económica y política específicamente.

El estado se ha visto superado por su estupidez, ocurrencia y soberbia en todo su esplendor para tratar de proteger a la ciudadanía y se le ha hecho muy fácil achacar el 100% de la culpa a los últimos por su nula cultura de buenos hábitos de salud, algo verdaderamente imbécil, ya que ni eso lo exime de su mediocre actuar en esta pandemia. Ahora nos han recetado nuevas restricciones para que los infantes no compren comida chatarra (a parte del mentado nuevo etiquetado Ver Nota ), como si eso fuera a eliminar al instante el problema que requiere más que una ley imbécil.

Tanto en el mundo real como en la red mundial vemos como se ha hecho campo de batalla por poner quien tiene la razón y solo se logra evitar enfrentar el verdadero problema, además de ver quien tiene votos a favor para el año que viene que es temporada electoral para colmo.

Bien, sino te ayuda tata gobierno de 4T, mínimo seria cuidarnos entre todos los ciudadanos pero estamos igual de impertinentes y covidiotas: “que no es para tanto”, “el virus no existe”, “el covid me la pela”, “no pueden obligarme a usar el cubrebocas, tengo derechos…” y un largo y muy patético etc. de justificaciones y pretextos avalados por las teorías conspiratorias, chismes baratos, paparruchas y un mix de todas las anteriores.


No solo hay que cuidarse del enemigo invisible Covid-19, hay que cuidarse también de los Covidiotas, de no caer en sus sandeces e inteligencia de caracol bañado en sal.

Buena parte de la población está muy lejos de tener o usar el sentido común para entender lo que estamos enfrentando, ni las limitaciones puestas por las autoridades para iniciar paulatinamente las actividades económicas han mermado al ganado estúpido de hacer tumulto, me quedo claro el día que fui a cobrar al banco en una plaza, a parte de la pésima organización de los administradores con su falta de señalética para entrar y salir, vi una inmensidad de filas de personas, buena parte valiéndoles madre la distancia social, todo solo para ir al cine o restaurantes, nadie iba por necesidad real, solo pura necedad de salir, vi muchos niños y de estos con los cubrebocas mal puestos y con sus mamás luchonas quitándoselas para darles tremendos besotes en medio del mar de gente, pobre México.

Y eso muy a pesar de ver tanto noticias reales así como como escuchar o tener testimonios cercanos (a menos en mi caso particular) de colegas, amigos, compañeros y parientes que tuvieron la mala de contagiarse, unos la pasaron muy mal con los síntomas, tratamiento o en el peor de los casos morir o que murió uno de sus íntimos. ¿Cuál es el chiste de disque ser civilizados si en esta pandemia actuamos peor que animales rabiosos o que tenemos atole por sangre?

Por mi parte, prácticamente me pongo mi armadura de cubrebocas y careta para salir solo lo más estrictamente necesario: por comida y cobrar. Enfrento sin problema los achaques de ansiedad y tristeza con mantenerme ocupado en el trabajo, escuchando música, hacer mis diseños e ilustraciones, viendo netflix, hacer mis quehaceres o simplemente dormir y descansar, muchas veces no hacer nada es mejor que estar mal pensando en el apocalipsis del mame.

Estas últimas semanas están con todo tanto naciones como farmacéuticas en sacar una vacuna contra el coronavirus, entre el escepticismo y la credulidad esta todo mundo, solo esperemos que pronto alguna de las que han salido ayude a iniciar la reducción de contagios y en consecuencia de enfermos y muertos.

Este año ya puede darse por perdido, dudo mucho que volvamos a la rutina diaria de siempre en los siguientes meses que nos quedan del 2020, veo, leo y escucho mucha frustración de viajes, eventos, fiestas y otras cosas que no se pudieron realizar o se truncaron por la situación actual, triste, pero hay que sentirse afortunados de gozar de total salud, empleo y tener a nuestros seres queridos bien si es el caso para los que están leyendo, sea como sea, esas cosas se replantean, se harán en otro momento, la vida y salud son cosas que no tienen remedio, si uno enferma gravemente y en peor consecuencia morir.


Solo nos queda, seguir esperando con la cabeza muy fría, toda la paciencia que se pueda tener y evitar todo manifiesto de actuar como un covidiota en potencia para que pronto volvamos a salir.


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