SOBRE LAS CONFERENCIAS DE DISEÑO GRÁFICO EN MI VIDA ESTUDIANTIL (Primera parte)


Como oyente y posteriormente estudiante de diseño gráfico en mi amada FES Acatlán de la UNAM, nos tocaba ir cada año a las conferencias que realizaba la carrera con el fin de aprender de las experiencias y conocimientos de quienes egresaron del campus; profesores de la misma e invitados relacionados directa  o indirectamente con la carrera, la mayoría de los casos se puede decir que era más una exposición de ególatras y todo un evento apantalla-bobos con momentos de peleas verbales como si fuéramos legisladores en tiempos de elecciones.

La mayoría de los exponentes quienes asistían a estas conferencias  tenía o tiene el síndrome del Yoyo: “Yo hice esto; yo pensé en esto; yo lo hice todo”, o sea que nunca requirió de ayuda de nadie más, eran omnipresentes de plano, presumiendo sus estatus de jefes creativos o de altos cargos todo un mundo de miel sobre hojuelas.

Jamás en esos casos nos decían el trabajo que les costó llegar ahí; las penas y horas de carga de trabajo que les costaron; las desveladas; los regaños y momentos de frustración para terminar en donde ya están ahora, alucinándonos con los espejos que nos vendían los exponentes cayendo en el error de que al salir de la carrera encontraríamos todo en bandeja de plata y ahora como  profesionistas buena parte de nosotros ya sabemos que es muy difícil, tan solo encontrar un trabajo decente con estos tiempos tan turbios de economía y oferta / demanda.

La parte que nos gustaba era el momento de que presumían sus mejores trabajos de diseño, publicidad, web y sus similares, todo un ataque de orgasmos visuales, parecíamos que nos mandaron a esas fallidas áreas apantalla-bobos que llaman Espacio de Televisa. Pero a ninguno se nos ocurría preguntar el proceso creativo y técnico de cada uno de los trabajos mostrados o por pena al que dirán o será una pregunta pendeja no brotaba la duda realmente razonable.

La otra parte cómica y a la vez patética era que nunca faltaba el sabelotodo, el cretino del montón que solo quería tomar la palabra para decir que el exponente no sabía de nada o que tenía gravísimos errores con el afán de expulsar sus más amplios conocimientos para que el exponente la contestara y aun así el cretino lejos de agradecer la aclaración se pone más mamón que un rockerito mexicano entrevistado, buscando en vano fulminar a alguien que tiene experiencia en el campo que el estudiante que por el solo hecho de manejar cierto software o técnica ya sabe pero que aún no tiene experiencia de aplicarlo a un proyecto real.


Continuara... [ Ver Segunda parte ]


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