EL DESPOTISMO ACEPTABLE DEL CUARTO PODER EN MÉXICO




Primero que nada, les recuerdo que seguimos en el trienio electoral, por tanto no debería ser extraño el comportamiento, mediocre de muchos mal llamados periodistas, que en realidad son periodistas con consigna política, periodistas de lo multi moralino y políticamente correcto.

Digo esto a raíz de esta semana que el disque periódico estadunidense New York Times saco un disque reportaje en donde cree que el actual gobierno federal saliente compro tecnología de espionaje a una empresa israelí para espiar a periodistas y activistas, en otras palabras sin decirlo directamente el país sufre por el régimen y hace sufrir a los periodistas los tiene censurados y los quiere censurar más.

Y claro, ni tardos ni perezosos muchos disque periodistas levantaron sin chistar la mano, el micrófono y el teclado para denunciar al gobierno federal y exigirle, para variar, su renuncia inmediata, otros quedaron en una onda bastante incongruente, aprovecharon los últimos asesinatos de varios compañeros de profesión suyos para exigirles seguridad para ellos, para luego con esta nota del NYT reclamarles que no garantizan nada de seguridad y que a final de cuentas no confían en ellos pero eso si quieren que acepten que son espiados desde los pinos.

Lo único claro que me quedo en el disque reportaje del NYT es que solo son suposiciones, un creo, creemos, pero no muestran documentación o fundamentos sólidos que sustenten lo que dice el disque reportaje que a simple vista resulta en una vulgar rumorología, en un chisme de lavandería, en una cacería de brujas condenando al blanco fácil y epicentro de todas las desgracias de los buenos periodistas mexicanos y de los buenos ciudadanos mexicanos: tata gobierno maldito.

Qué casualidad que todo esto surge en plena temporada electoral rumbo a la carrera presidencial y en plena recta final de la administración del jefe del ejecutivo federal.

Ya lo había dicho el gobierno, si hay pruebas de lo expuesto por el periódico gringo que lo denuncien a la autoridad competente, cosa que varios buenos periodistas mexicanos contestaron con un vulgar, ¿para qué? Si no harán nada al respecto, pero eso si, exigen de todo como si fueran una especie de aristocracia digna de ser escuchadas por ser el cuarto poder ¿Y la ciudadanía restante qué? ¿Somos inferiores por no estar en esa elite? En lo personal parecen niños mimados haciendo pucheros buscando la lastima internacional y nacional, cosa que lograron con creces, a menos en la redes sociales, los buenos mexicanos ocultos en el anonimato y en los seudónimos combativos que luchan al calor del like power aparecieron como plaga bíblica para destruir al cruel gobierno federal, ese que reprime pero que permite marchar a los actuales quejosos, el que deja exponer sus consignas en reuniones oficiales sin ser molestados por el Estado Mayor, el que tomara cartas en el asunto, claro, hasta que alguien del gremio levante una denuncia formal con pruebas contundentes.

Me imagino en otras naciones en donde es evidente la represión a la libertad de expresión que han de estar mentando madres a los reporteros mexicanos y su actitud progre chiva, como en Venezuela y medio oriente en donde si pudieran ejercer estas mismas acciones como en México ya estarían desaparecidos, ejecutados o bien vetados.



Solo veo griterío y berrinches sin sentido del cuarto poder en su incapacidad de no poder salir del cuarto de su ego enfermizo y muy alimentado por líderes de consigna política emparentada al populismo que quiere solo crear más caos al escenario, sino me creen, ahí ven bien puesta a la liga de la decencia de la verdad incuestionable y absoluta como Carmen Aristegui, Jorge Ramos, Denisse Dresser, John M. Ackerman y cualquiera que trabaje en los medios de linaje dictatorial como La Jornada, El Reforma y Proceso, todos con sus peculiares formas de agresión intelectualoide que empieza y acaba con un gran ¡¡Muera EPN y todo lo que se relaciones con él!!

Todos sabemos que este gobierno, los anteriores y los que vengan usan el espionaje, según oficialmente para atacar al crimen organizado, pero sigo esperando que se demuestre que este sistema de espionaje también va sobre los periodistas y activistas políticos y derechos humanos, pero hasta ahora nada, por sentido común si vas acusar a alguien debes demostrarlo y hasta el momento no ha pasado, solo vemos y escuchamos balbuceos en todos los quejosos usando como carne de cañon y rehén a la libertad de expresión, más a los fallecidos reporteros y comunicadores para alimentar más este circo mediático que para lo único que servirá es para todo: fines políticos, electorales, personales pero para un bien común nacional ni de chiste.

Todo sea por golpear al Jefe del ejecutivo federal, que desde 2012 es el deporte nacional de los buenos mexicanos, no importa si carecen de fundamentos los ataques es solo hacer chusma y linchar a todo lo que se mueva que sea afín al gobierno.

El periodismo en México está en bancarrota y no por culpa del enemigo de siempre.









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