SOLO MUERTOS SON RECORDADOS Y BIEN VENDIDOS, VIVOS NI QUIEN LOS PELE…
El pasado domingo murió el poeta, ensayista, traductor, novelista y cuentista José Emilio Pacheco, noticia que sacudió a todo mundo, no se hicieron esperar las condolencias y el impacto sorpresivo de tal deceso.
Aquí lo lamentable no fue la muerte de un personaje quien dio un vasto legado para el país y el mundo global de las letras. Sino las millones de personas que literalmente se pusieron de cultos al poner sus pésames; presumiendo sus libros y como conocieron la obra del señor, todo lindo ahí, el detalle es ¿Cuántas de esas personas realmente leían o conocían siquiera quien era José Emilio Pacheco?
Desgraciadamente son pocos que realmente conocían y apreciaban su trabajo, siempre pasa esto cuando muere una celebridad o personaje importante para el país o el mundo, y si esto no fuera suficiente también salen los zopilotes para hablar demasiado bien o demasiado mal del difunto y otros más zopilotes que aprovechan para vender la situación disfrazados de homenajes, ediciones especiales, descuentos… y un largo etc. O Simplemente usar esto para promocionar su nombre, marca o plataforma (específicamente hablando de nuestros cultivadísimos señores de la política y sus similares) que ni al caso con la situación, mientras este fresco el difunto, todo se presta para sus propósitos personales.
Debo confesar que nunca he leído el trabajo del señor, no lo digo con orgullo ni tampoco para presumir o hacer menos al personaje aquí citado, solo lo conozco por algunas frases que me gustaron y como esposo de Cristina Pacheco (De quien no solo conozco su trabajo en Canal Once, sino que adoro sus míticos programas como: Aquí nos tocó Vivir), sin embargo sería ridículo y estúpido de parte mía no valorizar su contribución a las letras, ni siquiera soy quien para cuestionarlo si así fuera, es triste toda perdida humana y más de protagonistas que ni hacían mal a nadie fue todo lo contrario.
Si podemos sacar algo positivo, si es que se le puede llamar “positivo” a algo negativo como lo sucedido, es que a menos quienes no conozcan o no hayan oído hablar de José Emilio Pacheco les tiente la curiosidad de saber más de él y porque no, hasta admirar su obra que dejo.
Así las cosas en México y el resto del mundo, solo los personajes que valen la pena tener en cuenta son reconocidos mucho más cuando están muertos, son admirados hasta el hartazgo o viceversa, cuando están vivos ni quien los pele.
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