EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA Y CUALQUIER ENFERMEDAD DE MODA PATROCINADA POR LAS GRANDES FARMACÉUTICAS…

Como varios saben y de sobra, viene otro Día de San Valentín que ya desde antes ha sido anunciado con bombo y platillo después de las fiestas de fin de año en varios sitios, medios y sus similares, en donde se ponen los dos bandos únicos a pelear o solo echar desmán de opiniones: los romanticones y los anti-romanticones o de los que no creen en el amor.

Los tiempos cambian y con ello los patrones no solo tecnológicos obviamente los sociales incluido ese sentimiento universal llamado amor en sus modos de expresión y de correspondencia, totalmente alejado del concepto de cuentos de hadas de Disney y de las telenovelas del duopolio.

Entre esas nuevas expresiones del amor que he visto, leído y me han contado, algunas ya tenían rato existiendo pero en este siglo han tenido un boom, como las uniones libres (bueno, técnicamente porque al menos en México este ya tiene estatus jurídico de derechos y obligaciones como si fuera un matrimonio civil) que en la mayoría de quienes conozco la llevan a cabo. Una variable de este y muy interesante es la relaciones de pareja de novios pero viviendo cada quien por su lado (“living apart together”), ser adolecentes por siempre pero con la madurez para disfrutarlo mucho más.

Las llamadas relaciones libres las cuales no necesitan el concepto cutre-moralino-religioso del  noviazgo están basadas bajo el estatuto de la amistad pero con ciertos o todos los derechos de una pareja formal de novios: los amigovios o amigos con derechos, algunos fieles entre si y otros que pueden andar echando amor y pasión carnal con otro  o más bajo mutuo consentimiento y sin ataduras de la mentada propiedad: eres mío/mía y de nadie más que ofrece el noviazgo tradicional.

Ahí se ampliaría el espectro en las denominadas relaciones de poliamor o relaciones amorosas (sentimentales y carnales, pero también puede ser de una u otra solamente) de un chavo/chava con dos o más personas. Estas nuevas etiquetas para relacionarse sentimentalmente (aunque no necesariamente eso) han sido un dolor de muelas para las buenas conciencias, los moralinos y las ligas religiosas, ya que, es para ellos un pasaje a la perdición de valores y de no temer a dios y otros espectros prejuiciosos, alimentando siempre y por siempre ese odio a la manifestación sexual limitándolo solo para fines reproductivos y nunca de placer.

Cuando hablamos o relacionamos al amor, es bastante habitual eso, aun relacionarla con sexo como consecuencia por default o “natural”, lo que siempre nos alimentan las películas romanticonas y las taranovelas en que debe ser la felicidad, hay algunos que viven plenos y felices con sus parejas sin tener que agregar el sexo (específicamente hablamos de coito o penetración) como paquete básico en sus relaciones, ese sector se les conoce como asexuales, esto no quiere decir que no les guste por asco, prejuicio o porque ya no pueden ser buenos en la cama, es por lo contrario una actitud madura en que estas personas no consideran necesario tener sexo para ser felices con sus parejas por considerarlo solo con fines reproductivos (me éxito más con la neurona que con la hormona), claro esto no quiere decir que algunos apliquen tener sexo seguro pero sin penetración ya que la sexualidad no está limitado a ser un pornstar como los medios y la sociedad nos quieren hacen “pensar”.

Sean como sean las relaciones que uno desea o quiere se deben regir por mutuo acuerdo, resultado de una buena comunicación de las partes involucradas; estar consciente de las consecuencias y afrontarlas sin rajarse y sin perjudicar a terceros. 

El chiste es estar bien consigo mismo y ser feliz ya hay más opciones para ello y no solo limitarnos a esas bajezas del matrimonio feliz en que una de las partes es sumisa y aflojatodo mientras el otro manda y juzga, y toda la drama patética etc., etc... No ser la persona de las complacencias porque nadie va estar jamás satisfecho y es gastar energía a lo pendejo.

Disfruten del amor, mañana, ya veremos...