ESTE NO ES OTRO IDIOTA BLOG CONTRA EL TELETÓN



Como todo mundo sabe el próximo 14 de diciembre inicia puntualmente (y desde antes inicio la campaña mediática) el Teletón, en donde no tardaron en aparecer como hongos los espacios tanto en web como en medios impresos en contra de dicho evento argumentando (y a la mayoría nos consta) que es otra estrategia más para que los patrocinadores no paguen impuestos, aprovechándose de la gente discapacitada a la que “ayudan” y de la sensibilidad e ingenuidad de la gente que dona.

Estos espacios que vemos en blogs y en las redes sociales, siempre exponen eso, la mayoría exhortando a no donar para nada al Teletón, cosa que yo veo muy difícil, porque aunque uno no quiera dar ni un centavo a este evento desde que uno compra los productos de las empresas que patrocinan al Teletón (que cada año aumenta de forma considerable y muchos de plano están ocultos, para saber la lista completa se ve casi una odisea) ya esta donando técnicamente.

Aquí no expondré que nadie done al Teletón, porque al final de cuentas sabrá la gente que hace o no con su dinero si quieren gastarlo así, es su problema no el mío, lo que aquí quiero escribir es acerca de cómo esta clase de eventos de algún modo han sistematizado una acción natural del ser humano que lo hace diferente de otras especies: la de ayudar por ayudar, ahora parece que la gente asiste de forma mecánica solo como una acción de presión social; hipocresía patética o descaro, porque en vez de usar su dinero para ayudar a sus familias ayudan a gente ajena a ellos que ni conocen y vaya uno a saber si el dinero llegue entero a su destino, (aplicando la filosofía del idiota de Emmanuel Kant al extremo).

Parece que las personas se sienten importantes “ayudando” (y no hablo de las figuras públicas sino de los mortales comunes y corrientes como su servidor) donando dinero o cosas y ser vistas o escuchadas por millones de individuos para sentirse casi divinos, dignos del elogio y baño de pueblo por su noble acción solo impulsada por el interés de aparecer en los mass media pero no para ayudar por desinterés, parece que ayudar está en peligro de extinción.

Creen que dar desde 50 centavos hasta más de mil pesos tendrán tranquila su conciencia, y pueden morir en paz, pero la cosa no debería ser así, deberíamos de ayudar de forma desinteresada y no porque nos lo diga Pucherito o toda la armada mediática del Teletón o cualquier evento disque altruista, deberíamos ayudar por ayudar porque es lo correcto, pero sobre todo, porque queremos no porque nos lo “propongan” o de plano uno se sienta presionado por la sociedad.

Pero si de verdad van ayudar por hacer lo correcto, por desinterés y porque se les da la gana, en vez de estar donando a eventos “altruistas” como el Teletón, deberían ayudar haciendo acciones tan simples que por muy insignificantes que parezcan contribuyen mucho, tanto a uno como a los demás. Para empezar, respetar al prójimo, ser amable con la gente un ejemplo tan obvio en nuestra vida cotidiana: desde que uno usa el transporte público dejar el asiento libre a quien lo necesite: personas discapacitadas; mujeres embarazadas o con niño cargando.

Ayudar no implica hacer números en la chequera ni pasar las tarjetas de debito y crédito solo es cuestión de hacer acciones voluntarias todos los días porque queremos hacer lo correcto para uno mismo y hacer nuestro entorno y quienes vivan en ella un lugar mejor. 



Comentarios